Rodríguez (1942-2009) nació en Batoví, Tacuarembó, en una familia de campesinos que, según él, eran descendientes de vascos franceses y también de indígenas. Todos en la familia, su padre y los diez hermanos, tocaban algún instrumento. En los momentos de descanso, la forma de compartir con la familia era a través de la música.
A los cinco años de edad, Rodríguez ya tocaba el acordeón de ocho bajos y observaba a sus hermanos mayores tocar bandoneón. Con la ayuda de sus hermanas mayores, «robaba» el bandoneón de los hermanos cuando ellos se iban a trabajar al campo.
Rodríguez cuenta: «El bandoneón es muy bonito por sus expresiones; la sonoridad del instrumento se adaptaba muy bien al medio en que vivimos nosotros […]. Cuando escuché al primer bandoneón, cuando yo era un niño campesino, donde conocía nada más que el ruido del campo, las aves, el canto, los animales, el balar de los terneros llamando a las madres. Eso me representó, primera vez que lo escuché (al bandoneón), tal cual como me estaba pintando aquello […]. Yo pienso que el bandoneón se prestaba mucho para la campaña también, no solo la música ciudadana, es muy amplio el espectro que se puede desarrollar en el bandoneón […]. Yo lo conocí en campaña, no en la ciudad. Lo conocí por un campesino, un gaucho que andaba con eso, y había muchos gauchos en la campaña que tenían bandoneón».[1]
Rodríguez tomaba clases con una serie de bandoneonistas renombrados, como René Marino Rivero (1936-2010), Edgardo Pedroza (1926-2000) y Alejandro Barletta (1925-2008). Adquirió su repertorio escuchando la radio y también leyendo partituras. Además de componer música popular, él era un gran estudioso, intérprete e investigador tanto de la música clásica como popular.
Rodríguez tocaba en los bailes de la zona, donde se alternaba entre conjuntos de típica y jazz. También creó el «Encuentro de Bandoneones», un evento popular donde se integraban bandoneonistas de diferentes partes del Uruguay.
Participó en varios trabajos discográficos, como recolector de especies tradicionales de su departamento y recopilador de melodías – algunas de estas obras transformadas en éxitos del canto popular uruguayo como, por ejemplo, «La Polanquera».
Durante muchos años enseñó bandoneón en la Casa de la Cultura de la Intendencia de Tacuarembó, integrando a alumnos no videntes. «Cuando comencé (y según) las circunstancias, tenía necesidad de adecuar la enseñanza del instrumento a estos tiempos, al carácter de la gente […], desarrollo de un método adecuado al medio, a la gente. Incorporé la música popular para que les sirviera, como la tuve yo, de comunicación social en el medio del joven».[2]
Este tango, Primavereando, es una composición original de Rodríguez. Él relata: «(Es) una música que hice cuando era muy joven. Estudiaba y esta música me surgía como deseo de la primavera cuando estamos en fines de invierno».[3]
[1] Comunicación personal, 2002.
[2] Comunicación personal, 2002.
[3] Comunicación personal, 2002.
Rodríguez (1942-2009) was born in Batoví, Tacuarembó to a rural family who were descendants of French Basques and Native Americans. Everybody in his family, his father and all ten siblings, played a musical instrument and in their spare time the way of interacting together as a family was by way of playing music together.
At five years old, Rodríguez already was playing the eight-bass button accordion and observed his older brothers play bandoneon. With the help of his older sisters he would steal his brothers´ bandoneon when they went to work out in the country.
Rodríguez said, «The bandoneon is beautiful for its expression, the sound of the instrument was adapted to the environment in which we lived […] When I heard the bandoneon for the first time, when I was a country boy, where the only sounds I knew where the sounds of the countryside, birdsongs, animals, the calves crying for their mothers. To me, all of that was represented when I heard (the bandoneon) exactly the way I saw it […] I think the bandoneon lends very much itself to the rural context, not just urban music, the spectrum is very wide of what you can do on the bandoneon […] I came to know it out in the country, not in the city, I heard it for the first time being played by a rural guy, a gaucho who had one, and there were a lot of gauchos who had bandoneons».[1]
Rodríguez took classes with renowned bandoneonists such as: René Marino Rivero (1936-2010), Edgardo Pedroza (1926-2000) and Alejandro Barletta (1925-2008). He acquired his repertoire by listening to the radio and via sheet music. In addition to composing popular music, he was an avid student, musician and researcher of classical, as well as popular, music.
He played in local dances where típica and jazz bands would take turns playing for the public. He also founded the annual event «Encuentro de Bandoneones» that brought together numerous Uruguayan bandoneonists.
He participated in many recordings, as a rescuer of traditional styles from Tacuarembó and as a gatherer of popular melodies – some of these transformed into gems of popular Uruguayan music such as the polca «La Polanquera».
He taught bandoneon for many years at the Casa de la Cultura of the government of Tacuarembó, where he was able to include blind students. «When I started (teaching) (and according to) the circumstances, I was faced with the need to update the teaching method of this instrument to the current times, to people´s character […] I developed a method that is adapted to the social milieu of the people. I incorporated popular music so that, just like in my case, it can serve as social communication in the social context of young people».[2]
This tango, Primavereando (Spring is in the Air), is an original composition of Rodríguez. He explained, «(it is) a composition that I created when I was very young. I was studying and this music came to me as the desire for the arrival of Spring in the last days of Winter».[3]
[1] Personal communication, 2002.
[2] Personal communication, 2002.
[3] Personal communication, 2002.
Esta sección destaca la importancia del bandoneón en la cultura musical del Uruguay, no solo en el ámbito de la…