Gonzalo Alonzo (1925-2016) nació en la 12ª sección del departamento de Durazno, en un lugar llamado Paraje Sauce. Eran diez hermanos en total. Su madre y hermanas eran lavanderas y los hermanos trabajaban como peones en estancias de la región. Los tíos, tanto por parte de madre como de padre, tocaban el acordeón de una hilera.
Alonzo comenzó a tocar el acordeón de botón a los once años. Aprendió de oído, observando a sus tíos, quienes ya tenían una edad avanzada. Es importante destacar que, aunque más adelante adquirió un acordeón de doble hilera, únicamente aprendió a tocar en una hilera, tal vez resultado de observar a sus tíos. Estos tíos se dedicaban sobre todo al trabajo rural, aunque algunos eran policías.[1]
A esta polca, La baqueana, Alonzo la aprendió en la primera mitad del siglo xx, de viejos acordeonistas de la zona. Era tocada en los galpones durante las esquilas. Él se acompaña con el ritmo en los bajos que empleaban esos acordeonistas.
Alonzo se acuerda de los bailongos donde tocaban sus tíos y otros acordeonistas de la zona. Se bailaban polcas, mazurcas, milongas, chotis y pericones con acordeón y guitarra hasta el amanecer. Los bailarines llegaban a caballo y de volante.
A los veintidós años, Alonzo también comenzó a tocar en los bailes de la orilla de la ciudad de Durazno, donde la preferencia era la música instrumental, sin canto. También participaba de serenatas en casas de vecinos, que eran comunes en la época. Recuerda que a veces se aprovechaban de estas serenatas para robarles gallinas a los mismos vecinos.
Por las condiciones económicas de su familia, no tenía radio en su casa cuando era niño. Conoció la radio a los quince años, aunque sí existían las victrolas en su comunidad. Con la llegada de la radio comenzó a aprender mucha música a través de ese medio de comunicación.
Se solventaba económicamente tocando en bailes, haciendo trabajos de guasquería artesanal y tareas rurales: tropero, esquilador, alambrador, trabajador en la zafra de maíz, etcétera. Consiguió comprar un terreno en la ciudad de Durazno cuando tenía veintitrés años, donde vivió hasta su muerte. Una vez que se jubiló como trabajador rural, comenzó a componer versos. Tiene más de cien poemas de su autoría.
Recuerda que cuando llegó a la ciudad su música era menospreciada por los músicos urbanos de la capital departamental. En la ciudad ya se tocaba acordeón a piano y bandoneón, con repertorio de típica y jazz.[2] «Esas polconas eran para campaña», recuerda.[3] «El futuro del acordeón es medio achicado si no hay nadie a quien le gusten esas cosas, salvo los viejos», dijo.[4]
[1] Según Alonzo, cuando era más joven los acordeones de una y dos hileras se compraban en las casas mayoristas por 25 o 30 pesos.
[2] El término jazz era empleado para referir a un cierto repertorio musical bailable que incluía ritmos de moda de otras regiones americanas (fuera de la región platina) como foxtrot, samba, bolero, mambo, etc.
[3] Comunicación personal, 2003.
[4] Comunicación personal, 2003.
Gonzalo Alonzo (1925-2016) was born in the 12th section of the department of Durazno in a place called Paraje Sauce. Born to a family of ten siblings, Alonzo´s mother and sisters were washerwomen, and his brothers worked as ranch hands in the vicinity. His uncles, both on his mother´s and father´s side, played the one-row button accordion.
Alonzo started playing accordion when he was eleven years old, learning by ear by observing his uncles, who were already fairly old. Some of these uncles worked on rural establishments and others were policemen. It is important to note that, even though later on he acquired a two-row button accordion, Alonzo only learned to play melodies on a single row, perhaps as a result of observing his uncles play on a single row.[1]
Alonzo learned this polca, La baqueana, in the first half of the 20th Century from old accordionists in his region who performed in the barns during sheep-shearing time. He employs the accompanying rhythm in the left hand that those accordionists used.
He remembers the bailongos (small rural dances) where his uncles and other local accordionists played. The dance repertoire consisted of: polcas, mazurcas, milongas, chotis and pericones and was performed on button accordion and guitar until daybreak. The attendees arrived on horseback and by horse-drawn wagon.
When he was twenty-two, Alonzo also began to play accordion at the dances on the outskirts of the city of Durazno where the preference was for instrumental music, without lyrics. He also participated in serenatas (serenades) at his neighbor´s houses, which was a common practice at the time. At times, they would use serenatas as a pretense to steal their neighbor´s chickens.
Due to the economic situation of his family, Alonzo did not have access to a radio while growing up. He first had access to radio at fifteen years old, although the old victrolas (78 rpm record players) were present in his community. With the arrival of the radio, he began learning many melodies by way of that means of communication.
He made a living playing professionally in dances, crafting artisanal horse tack, and working in rural professions: cattle driver, sheep-shearer, fence-builder, corn harvesting, etc. He was able to purchase a plot of land in Durazno when he was twenty-three, the same property on which he resided until his death. After retiring as an agricultural worker, Alonzo began to compose verses and poems and he has more than one hundred original works.
He remembers that his music was looked down upon by the urban musicians of the capital of the department, when he first migrated to the city. In the city of Durazno, they were already playing piano accordion and bandoneon, with a repertoire of típica and jazz.[2] «Those old polcas were for the country», Alonzo recalls.[3] He declares that, «The future of the accordion is not bright, nobody likes that kind of stuff, only the old people ».[4]
[1] According to Alonzo, when he was young, one and two-row accordions could be bought in general stores for 25 or 30 pesos.
[2] The term jazz was used to refer to a certain dance repertoire that included rhythms from other regions of the Americas (outside of the Río de la Plata region): foxtrot, samba, bolero, mambo, etc.
[3] Personal communication, 2003.
[4] Personal communication, 2003.
Lauro Ayestarán afirma que 1852 fue la fecha en que el acordeón de botón fue introducido al Uruguay (AYESTARÁN, 1968,…